- Nombre científico: Salvia officinalis
- Parte destilada: Sumidad florida
- Principales moléculas aromáticas: Tuyon, alcanfor
Su nombre deriva del latino salvus «sano, salvo» o salus «salud» que viene a indicar las virtudes de la salvia como planta curativa atribuidas por los romanos a la Salvia officinalis.
Las propiedades aromáticas de la salvia se deben al aceite esencial que tiene una composición química muy compleja constituido principalmente por: tuyon, alcanfor, 1,8 cineol que son los responsables de su característico aroma.
Sus propiedades son: antisépticas, antibacterianas, estimulante, digestivas, emenagoga, expectorante, cicatrizante, tónica del sistema nervioso, antiespasmódica, antisudorífera, carminativa, hipoglucemiante.
La salvia es usada como pócima o infusión para estimular la digestión, para la bronquitis, la depresión y el cansancio. En gárgaras es usada en las amigdalitis y las inflamaciones de la garganta. La pócima unida al agua del baño para reúmas, la sudoración excesiva y para tonificar el sistema nervioso. El haz de las hojas de salvia frotada sobre los dientes los vuelve más blancos y además purifican el aliento.El aceite esencial también es muy usado en cosmética: es óptimo astringente para los poros dilatados de la piel y su extracto es un excelente fijador de perfumes.
Hace falta tener presente que la salvia debe ser usada de modo moderado evitando las preparaciones demasiado concentradas que podrían ser tóxicas porque contiene cetonas que pueden ser tóxicas a altas dosis.
Lea las precauciones en el envase – Puede provocar reacción alérgica – Mantener fuera del alcance de los niños
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